Ya tenía un tiempo en la cabeza con la idea de emprender, solo que como que no me atrevía… lo veía muy arriesgado. Con la pandemia, en mi trabajo nos mandaron a todos a trabajar desde casa. Ya te imaginarás lo complicado que fue al principio para mí, porque tengo una peque de 3 añitos y sí le batallé tantito. Luego que le agarré la onda, todo fluía súper bien hasta que unos meses después, por el virus, bajó mucho la carga de trabajo y, como muchas personas, ya me temía lo peor… Le hablé a mi BFF Alejandra y ella me dijo que había una trend muy fuerte de mujeres emprendedoras en México y me sugirió convertirme en una NENI. Me quedé con cara de “what ¿y eso qué es?”. Ale me dijo que eso significa “nuevas emprendedoras de negocios en internet”. No tenía idea de cómo o por dónde empezar, pero sabía que debía estar preparada por si perdía mi chamba. Platicando con mis amigas me dijeron que debería vender mi famoso cupcake de limón, porque ni la mejor pastelería en Polanco tenía uno tan delicioso como el mío y seguro que se vendía bien. La verdad no sé cómo no se me había prendido el foco de emprender con repostería si siempre ha sido algo que me encanta desde que estaba chavita. Así fue que empecé mi carrera como NENI con “Sweet Spot”. Al principio solo con hacía mis cupcakes y los ofrecía en un grupo de Whats en mi colonia y las ventas estaban medio flojas, pero después de vender el primero ya no hubo vuelta atrás. Me recomendaron muchísimo y obviamente yo estaba mega contenta. Compré más materiales e instrumentos de repostería para poder hacer más postrecitos, otros dulcecitos y seguir vendiendo por la zona y la verdad no me iba nada mal, pero no ganaba lo suficiente como para animarme a dejar mi trabajo y sentía que me faltaba la cereza del pastel. Un día, hablando de mi nueva vida como NENI con Ale, ella me platicó que Andrés, su hermanito (bueno su hermano, pero lo conozco desde que era un bebé) estaba asesorando a otras personas que, como yo, comenzaron a emprender sus propios negocios. “¡No manches, háblale al Andrew para que me ayude con Sweet Spot”. Cuando nos juntamos me platicó de cómo le fue a la taquería de su padrino después de hacer su página web y de cómo tener mi página mejoraría mi presencia en internet, que ayudaría a que mi negocio tuviera mayor visibilidad y le daría más confianza a potenciales nuevos clientes. No le di más vueltas y le dije “¡yo quiero eso!” y así fue cómo creamos www.sweetspot.MX y comenzó lo bueno. Ya no me pedían solo en mi colonia, sino en toda la ciudad, incluso me contactaron de banquetes y varios restaurantes para vender mi famoso cupcake de limón, todo porque me encontraron en internet y yo… ¡rayada! Me ha ido tan bien que no me corrieron de mi trabajo, sino que renuncié para así poder dedicarme al 100 a mi negocio y a lo que siempre fue mi pasión. Gracias a mi Andrew y a mi dominio MX hoy Sweet Spot está “a punto de caramelo”. Así como Fer, date a conocer en internet con dominios.mx y EMPRENDEDURÍSIMO con .MX